Madres de la unidad de hemodiálisis del hospital J.M. de los Niños denuncian que este año han muerto al menos 6 pacientes, cuyo deceso estaría vinculado con la falta de mantenimiento de la unidad de diálisis.
Las autoridades del Hospital y del ministerio de Salud negaron solicitudes para aclarar las denuncias.
La madre y el paciente:
Ella tiene tres meses viviendo en el Hospital -asegura- por su hijo, que es un paciente renal crónico, estadio 5, desde hace siete años.
El niño tiene tres meses dializándose y a partir de entonces se contagió de una bacteria llamada pseudomona eruginosa. Él tiene 14 años y llegó pesando 38 kilos. Hoy pesa 28.
Está deprimido, no duerme, no come, no quiere ver a nadie. Desde hace al menos una semana se llenó de laceraciones en la piel, burbujas y rastros de quemaduras. Los médicos presumen que le surgió el síndrome de Steven Johnson.
Este síndrome aparece, principalmente, producto de reacción alérgica a ciertos medicamentos o por transfusiones de sangre. Su madre asegura que fue producto de una infección tras la transfusión.
El pequeño no responde a estímulos externos. Se arremolina en sí mismo y apenas abre los ojos para constatar si pesadilla aun lo rodea (un habitáculo sin aire acondicionado, ruidoso, sin agua corriente con una pequeña ventana que da hacia los cerros que se enquistan en El Ávila).
– Ey – le digo – prométeme que cuando te sientas mejor vamos a jugar béisbol. Le digo entre dientes mientras (bajo autorización de su madre) hago registro fotográfico de su estado.
El niño levanta la mirada, por un segundo le brilla la pupila y, lentamente, sin fuerza, asiente.
Lanza un quejido y acto seguido la puerta de la habitación chilla. Volteo y su madre me hace señas: debemos irnos porque una mujer de la Milicia se aproxima y si nos ve, ella se meterá en un problema y a mí, en el mejor de los casos, me quitarán el equipo fotográfico y seré agredido por las «autoridades» del hospital.
La máquina:
Las madres aseguran que las autoridades del hospital las impulsan a buscar otras unidades en otros recintos médicos. Pero el único en el país que debería estar capacitado para tratar niños es este.
También denuncian que los tanques de agua que surten a la máquina fueron finalmente limpiados (tras años sin mantenimiento) hace un mes.
«Ahí encontraron gatos y perros muertos, motores de carros, óxido, zapatos y mucha basura», me asegura.
Con esa agua tratan a los niños.
A la máquina debe hacérsele mantenimiento una vez al mes y sólo se le hace cada ocho meses.
Las autoridades:
«Para ellos aquí no pasa nada». Pero al denunciar el sexto paciente fallecido la Fiscalía fue al hospital.
«No nos quisieron dar la información sobre el mantenimiento».
«Aquí no pasa absolutamente nada», repite la madre.
El tratamiento:
Este joven toma 12 medicamentos. El hospital, según asegura la madre, le provee de dos.
«Los demás me los da alguna fundaciones, o me los mandan de afuera del país o a veces vienen donaciones. Pero en la farmacia no consigo ninguno».
«Mi hijo – asegura con las lágrimas en los ojos y rabia en la voz – empeoró aquí».